Tras el año nuevo, los turrones y los villancicos rancios de todos los años, llegaba el Racing con alguna que otra esperanza de rascar algún punto en el Vicente Calderón, en su reencuentro frente al balón. No estaba muy claro si esto sería posible, más que por el Racing y su irregularidad, por el Atlético de Madrid, acostumbrado a dar un partido bueno y dos malos. La verdad es que las bajas de Forlán y Reyes, y la marcha de Simao a Turquía, daban alguna esperanza más. El ‘Kun’ arriba, sin los en principio titulares, era menos ‘Kun’.
La alineación racinguista, sin sobresaltos. Toño en portería, defensa para Pinillos, que parece haberle robado el puesto a Francis, Torrejón y Henrique en el centro y Cisma por el lateral izquierda, doble pivote para Colsa y Diop, banda derecha para Kennedy, banda izquierda para Adrián González, enganche para Pedro Munitis y arriba, Rosenberg. De nuevo, Serrano seguía en el banquillo esperando su oportunidad, y Adrián González tenía su tercera ocasión consecutiva para tratar de demostrar el porqué está en Primera División, si por calidad, o por su apellido.
El partido, en su primera parte, tuvo un clarísimo color colchonero. El Racing estuvo relativamente bien en defensa, aunque de no ser por Toño, habríamos tenido algún disgusto. Estaba muy claro que Agüero era mucho más rápido que Henrique y Torrejón, y Diego Costa, que acompañaba al argentino, también demostró tener la calidad suficiente para buscarse la vida y crear ocasiones. Pero de mediocampo hacia delante, el Racing se olvidó del partido. En toda la primera parte, hubo un tiro a puerta, de Kennedy, que atajó muy bien De Gea, abajo al palo de la barrera. Nada más que destacar por parte racinguista en la primera parte.
Tras la reanudación, los verdiblancos aumentaron su interés por acercarse al área rival, y en los primeros 15 minutos de la segunda parte, tiraron más a puerta que en todo el partido frente al Hércules, y en la primera parte ante el Atlético, juntos. Sin embargo, y como viene siendo costumbre, el peligro que tiene el Racing de cara a gol es el mismo que puede tener un Teletubbie envuelto en plástico de burbujas. No obstante, hubo alguna que otra ocasión de Munitis, de Kennedy, de Adrián González, y un mano a mano (again) de Rosenberg, que pese a que esta vez lo hizo bien, De Gea hizo un auténtico paradón sacando el balón con el pie a córner.
Tras esto, el habitual baile de cambios sinsentido de Portugal, quitando a Kennedy para meter a Bolado, moviendo a Munitis a la banda derecha, para acompañar a Pinillos. Una banda derecha que en aquél momento casi sumaba 70 años. Despúes, quitando a Rosenberg, para meter a Lacen (¿), para finalmente, y en el minuto 90, meter a Serrano por Munitis. La cuestión es que jugadores como Colsa, que ya tiene una edad, y con 70 minutos de partidos está fundido completamente, jugaron el partdo al completo, mientras que Serrano, que ahora mismo está con ganas y ya ha demostrado que es de los jugadores que más peligro tiene en sus acciones, apenas ha jugado 3 minutos. Adrián González, tras 90’ de partido, dejó la sensación de que cuando a él le apetece puede jugar, y muy bien, pero no da la sensación de que eso vaya a ocurrir muy a menudo.
El próximo partido del Racing, en casa y frente al Sporting, debería hacer buenos los 5 puntos obtenidos de 9 posible y la racha de tres partidos sin encajar gol, ganando a los asturianos, y, de paso, cerrando la contratación de un Manolo Preciado que está en la cuerda floja por la pésima racha de resultados que lleva su equipo.