Alí paga sus deudas

Tranquilidad en las oficinas del club, tras una dura época

Comentaba el aquí firmante hace unos días sobre la posibilidad de que toda la historia con Alí Syed no fuera más que un cuento chino. Una jugada de cartas para ganar publicidad para otra clase de negocios, y que tras coquetear con nosotros un ratuco, se marcharía de aquí, dejandonos sin pantalones, y con el culo reluciendo al sol. Sin embargo, sorpresas que uno recibe: de momento, la deuda con Dumviro, con el Gobierno, y la primera parte de la deuda con Hacienda ya están pagadas.

Casi seis millones y medio de euros le ha salido la broma de momento a Alí Syed, quien asegura que está haciendo lo que prometió. Y la gente se lo agradece, claro está. No está de más ver que por una vez, de momento pintan bien para el Racing, que ya lleva 4 partidos seguidos sin perder, y lo que es más, los últimos dos partidos ganando. Un éxito que no se le puede atribuir a Alí, pero que digamos que ha contribuido quitando a Portugal del banquillo, para devolver a Marcelino al sitio del que nunca debió marcharse.

Además, todos los empleados del club ya han cobrado el dinero atrasado que les debía el Racing, salvo los jugadores de la primera plantilla, a quien todo hace indicar que cobraran el dinero la próxima semana como muy tarde. Parece que después del torrente que provocó Alí a su llegada, con los rumores de fichajes, idas y venidas, todo va volviendo a su cauce, y discurriendo con normalidad. Y honestamente, se agradece.

Por cada pago que realiza Alí, una pequeña parte de mí va confiando más en él, y olvidándose poco a poco de esos temores de un descenso por impagos, o incluso una posible desaparición por deudas. Espero, personalmente, que esto no se convierta en un circo de tres pistas para las extravagancias del mandatario indio, como ya ocurrió en Palamós, Santander y Vitoria con Dimitri Piterman. De momento, no tiene pinta de que vaya a ser así, por mucha celebración excesiva de los goles que haya cometido. No obstante, esperemos acontecimientos.

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